
Si hay alguien segura de que tendrá todas las miradas -del mundo- encima, esa es Meghan Markle. Pero aún así y siendo de la realeza, hay detalles que se pueden escapar.
En medio de la la gira que realizan por Fiji, la duquesa y su esposo, el príncipe Harry, aterrizaron en el aeropuerto Fua'amotu, situado en Nukualofa, en la localidad de Tonga. Para esta ocasión, la embarazada 279395 apostó nuevamente por el rojo intenso en un vestido manga larga y falda midi firmado por la marca Self-Portrait.
Algunos de los cientos de pares de ojos y lentes de cámara que estaban sobre la ex actriz percataron algo en su look...
¡Aún tenía la etiqueta!
Y no hablamos de las normas que se tengan que seguir en actos protocolares, sino la que trae la prenda de vestir cuando se compra.
Debemos incluir este en los momentos cuando Meghan ha demostrado que no es una princesa mimada...