Raven Varona/Parkwood/PictureGroupSolo los Cater viaja así.
El lunes, Beyoncé (36) y Jay-Z (48) llevaron a su hija Blue Ivy Carter (6) a navegar en Cannes. Beyoncé compartió una serie de fotos en Instagram, quizás en un intento por robarle la atención a las fotos que tomaron los paparazzi sin el consentimiento de su familia. En ninguna de las fotos familiares se vio a los mellizos de un año de la pareja, Rumi Carter y Sir Carter, a quienes no suelen mostrar. Como es usual, la cantante no ofreció más contexto y no escribió nada en ninguna de las fotos o videos.
Beyoncé se tomó una cerveza Corona y modeló un vestido Temperley London que se vende por $1.595 dólares. Ella y su esposo se encuentran en medio de su gira On the Run II y la última vez que se presentaron fue el 30 de junio en el PGE Narodowy de Varsovia, Polonia. Después de tomarse un tiempo libre para hacer turismo por Europa, las queridas estrellas regresarán al escenario esta noche en el Estadio RheinEnergieStadion de Colonia, Alemania.
Con cero promoción y mucha fanfarria, Beyoncé y Jay-Z estrenaron el mes pasado su primer disco en conjunto, Everything Is Love. A pesar de que inicialmente solo estuvo disponible para los suscriptores de Tidal, el disco tuvo un lanzamiento más amplio a partir del 18 de junio. Everything Is Love tiene nueve canciones originales—Summer, APES--T, Boss, Nice, 713, Friends, Heard About Us, Black Effect y LoveHappy—y debutó en el No. 2 de la Cartelera Billboard 200. Joe Coscarelli del New York Times dijo que el disco "completa la trilogía conceptual Knowles-Carter", refiriéndose a las placas solistas Lemonade y 4:44 "en una manera experta y táctica de manejar una marca familiar".
La gira On the Run II de la pareja terminará el 4 de octubre en el CenturyLink Field de Seattle.
Después del primer show, Mark Sutherland de Rolling Stone le advirtió a los fans que la gira "podría quitarle el filtro perfecto que todo el tiempo parece teñir las vidas de la primera pareja poderosa del hip-hop". Y a pesar de que el show todavía califica como de "estadio" y, por lo tanto, "espectacular", contribuye a difuminar las líneas entre fantasía y realidad. "Los créditos finales corriendo en la pantalla mientras la pareja sale, tomados de brazos, dejan a los espectadores con la idea de un final perfecto de Hollywood", escribió en su reseña del concierto. "Pero entonces, en ese momento la gente se está divirtiendo demasiado como para que les importe".