
Jared Leto no es el único que sabe de sacrificios en el set.
Para hacer su más reciente película, Shailene Woodley tuvo que ponerse en los pies de su personaje, una marinera a la deriva.
Woodley protagonizó Adrift, el drama romántico de Baltasar Kormákur basado en la historia real de los marinos Tami Oldham y Richard Sharp. Para su personaje, la actriz tuvo que lucir físicamente como si hubiese estado un mes en un bote golpeado por un huracán.
En la película, que cuenta la historia de la pareja mientras pelean por sobrevivir en una embarcación dañada y aislada de toda comunicación, el personaje de Woodley debe racionar lo poco que les queda, entre mantequilla de maní y latas de Spam, mientras intentan desesperadamente llegar a tierra.
Hacia el final de las grabaciones, la estrella tuvo que someterse a una dieta peligrosamente restrictiva, para que físicamente luciera como si hubiese estado sometida a las mismas circunstancias riesgosas.
"Durante las últimas dos semanas comí una lata de salmón, brócoli hervido y dos claras de huevo al día. 350 calorías. Fue una m**dita miseria", le contó a The Sunday Times.
Para manejar el hecho de no poder cenar y mantener su cuenta calórica baja, Woodley acudió al vino.
"No puedo dormir cuando tengo hambre, así que me tomaba una copa de vino básicamente para quedarme dormida", le contó al periódico.
Su compromiso con el papel quedó claro en el producto final. Los críticos han reconocido su interpretación.
"Este proceso fue hermoso y agotador", le contó Woodley a E! News. "Cada vez que [Sam Claflin] llegaba con una gran sonrisa, sin quejarse a la hora 16 cuando estábamos mareados o sin quejarse cuando algo salía mal, eso nos inspiraba no solo a mí sino a todo el equipo a resistir y trabajar más duro".