
Alexander y Ella Clooney no lo saben todavía, pero la vida ya es genial para ellos.
Los hijos mellizos de George Clooney y su esposa de casi cuatro años, Amal Clooney, están cumpliendo un año este miércoles. A su tierna edad, estos chicos ya son los mayores logros de su madre abogada de derechos humanos y su padre ganador del Oscar.
La sociedad puede insistir en lo contrario, en el renombre internacional que tenían sus padres antes de su nacimiento, pero la pareja sabe que esto es lo mejor que les ha pasado.
"Tuvimos un pequeño intercambio por mail", dijo Julianna Margulies, coestrella de George en ER, el lunes en Good Morning America. "Le pregunté cómo le va y me respondió, ‘No puedo creer que haya tanto popó'".
Así que la paternidad no ha alterado en lo más mínimo el sentido del humor de George.
Sin embargo, en su lucha por mantener su privacidad, que se repotenció cuando conoció y se enamoró de Amal en 2013, solo se ha intensificado durante el último año. A pesar de que algunos paparazzi persistentes han tomado fotos de la pareja transportando a sus hijos de un lado a otro un par de veces, nadie fuera de su círculo íntimo ha visto las caras de Alex y Ella. Ellos tampoco han compartido ninguna foto con las masas.
Un momento para un posible debut, la participación de Clooney en My Next Guest Needs No Introduction, el show de David Letterman en Netflix, pero finalmente pasó sin el esperado cameo de los bebés.
Quizás el gran 0-1 será el momento para presentarle a sus chicos al mundo —en la portada de una revista, quizás, con las ganancias destinadas a caridad—, pero es más fácil imaginarse a los Clooney protegiendo la privacidad de los mellizos.
Pero al menos sabemos cómo lucen, o algo así.
Son "hermosos", con cabello oscuro, le dijo a Fox 19 News de Cincinnati, su abuelo Nick Clooney, el pasado junio. Y Alex —de acuerdo con Nina Clooney— tiene la nariz de George.
También sabemos que los abuelos Clooney están emocionados por su hijo. George sigue cercano a sus padres y apoya a los dos hijos de su hermana Adelia. Hasta hace poco no estaba seguro de si tendría hijos propios, pero ahora está feliz de poder compartir esto con toda la familia.
Otra fuente estuvo de acuerdo con esta versión en octubre, cuando le contó a People que los chicos son "muy lindos, simplemente adorables. Una luce como su madre y el otro es el reflejo de su padre… parecen lo mejor de Amal y George juntos".
El actor no ha enseñado las caras de sus hijos, pero sí ha compartido anécdotas características durante el último año. Alexander ya es "un matón", le contó a Entertainment Tonight durante el Festival de Cine de Venecia el pasado septiembre, donde se estrenó Suburbicon, película bajo su dirección. "Ustedes lo vieron", agregó, volteando la mirada hacia Matt Damon, quien estaba sentado a su lado. "Es un alce. Literalmente se sienta ahí comiendo como…", bromeó, haciendo ruidos. "Se pone a revisar identificaciones antes de que lo lleven a su habitación".
Sí, a los tres meses, su hijo le recordaba al seguridad de una disco.
Ella, en cambio, "es muy elegante", presumió George, "es puro ojo, se parece a Amal".
Escogieron los nombres Ella y Alexander, básicamente, "porque no queríamos tener nombres tontos", explicó con una carcajada, haciendo referencia a la tendencia de Hollywood de seleccionar nombres únicos.
También bromeó diciendo que la paternidad lo hace ver "mucho mayor". De acuerdo con la predicción de Damon, Clooney aseguró, "Soy un desastre, pero Amal parece una atleta olímpica. Tienes dos chicos, amamantas como loca... Por cierto, soy muy bueno cambiando pañales". (Damon predijo que Clooney sería un padre "genial").
Supieron que todo era real en el momento en que nacieron los mellizos.
"Están cubiertos de baba, llorando", dijo. "Y solo piensas, ‘Un segundo, ¿qué es eso? Éramos solo dos, ahora somos cuatro".
Para ayudarlos con la transición, George y Amal contrataron a la niñera Connie Simpson, autora del libro The Nanny Connie Way: Secrets to Mastering the First Four Months of Parenting, sobre cómo criar a tu hijo durante los primeros cuatro meses de nacidos.
"Si yo fuera un bebé, querría que mi niñera fuera Connie", dijeron George y Amal en un comunicado para promocionar el lanzamiento del libro a principios de este año. "Quiero que me arrope en una cobija y me arrulle hasta dormir. Amamos tenerla como parte de nuestra familia".
El sentimiento es mutuo, por supuesto.
"Con ellos tuve que volver de mi retiro porque… no quería abandonarlos", le dijo Simpson —quien también ha trabajado para otros padres famosos como Jessica Biel y Justin Timberlake, y Emily Blunt y John Krasinski— a People en abril. "Quería que disfrutaran de esta situación en su esencia. Sabía que eran dos, así que verlos disfrutar de eso me hizo muy feliz porque se lo merecían. Él se lo merecía, ella se lo merecía también. Fue muy dulce ver eso".
Ella conocía a George desde antes de que estuviera casado (con Amal, su segunda esposa). Fue "maravilloso" poder viajar con ellos a ver a su familia en Kentucky y ser testigo de cómo enloquecieron con los mellizos.
Alex y Ella ya tienen más millas de viajero frecuente que la mayoría de los adultos (es famosa la anécdota de George Clooney repartiendo audífonos con cancelación de ruido para los otros pasajeros), pero los bebés tienen residencia oficial en Londres, donde George y Amal preferirían criarlos. Los Clooney tienen una casa en la isla de Sonning Eye, en South Oxfordshire, no muy lejos de la casa de la Primera Ministra británica, Theresa May. Las fotos familiares abundan, entre ellas un retrato grupal de la boda de George y Amal en septiembre de 2014 en Venecia, Italia, y una foto de la pareja dándole la mano al ex presidente Barack Obama, que Vogue reportó en su edición de mayo.
"Ya han dicho varias veces ‘mamá' y ‘papá'", reveló Amal. "George fue muy cuidadoso en asegurarse de que ‘mamá' fuera su primera palabra".
Su casa está situada en el río Támesis, con una piscina y una casa de piscina (con bar y sala de cine) que funciona tanto como oficina de trabajo así como lugar para reunirse con invitados VIP (como sus mejores amigos Cindy Crawford y Rande Gerber). Y quizás también como recámara para ponerse sus trajes de baño.
Connie Simpson ya no cuida a sus bebés, pero todavía tienen una niñera y un equipo tiempo completo que se asegura de atender las necesidades de los mellizos, para que su mamá y papá tengan la libertad de trabajar (lo que a veces requiere de viajes a sitios remotos del mundo, fuera del hogar) y hacer otras cosas como asistir a la boda del príncipe Harry y Meghan Markle, disfrutar de paseos en moto alrededor de Italia, entre otros. George tiene una propiedad en el Lago Como (su segunda, tercera o cuarta residencia), otra casa para la familia de cuatro.
Pero durante la mayoría del tiempo, los mellizos van a donde vayan sus padres.
Durante el otoño pasado, los bebés acompañaron a Clooney a las grabaciones de Suburbicon en Los Ángeles, su residencia usual, donde todavía tiene una casa.
"¿Les gustaría ver a los bebés?", bromeó con la audiencia de Kimmy Kimmel Live, antes de que Matt Damon saliera con una carriola de mellizos.
"Solo quiero aclarar que aplauden por los bebés", dijo Kimmel.
"Es mi niñero", explicó Clooney antes de que Damon y Kimmel empezaran a "pelear" de nuevo.
Nathan Heller, en un artículo para Vogue, señaló en que Alexander es la copia de su padre y que Ella, de hecho, se parece a su madre.
"Entre las seis y las ocho de la mañana los tenemos en nuestra cama. No pauto ninguna llamada antes de las ocho", le aseguró Amal —cuyo trabajo en defensa de periodistas presos y refugiados de países en guerra la ha llevado alrededor del mundo— a Heller. "Cuando estaba amamantando era mucho más complicado, porque son dos. Tenía todo tipo de almohadas y máquinas raras".
George estuvo en Los Ángeles —la primera vez que se fue de viaje sin los chicos— y llamaba todo el tiempo por FaceTime.
Luego todos se fueron a Nueva York, donde Amal estuvo como profesora invitada en Columbia y como una de las encargadas de la Gala del Met en mayo. Celebraron el cumpleaños Nº 56 de George el 6 de mayo con una cita doble con Gerber y Crawford. Este año también donaron 500 mil dólares para financiar la marcha a favor del control de armas March for Our Lives en Washington, a la que también asistieron.
Fue más importante proteger la privacidad de sus chicos que llevarlos a su primera protesta. Pero hasta que llegue el día en que elijan sus propias causas sociales y puedan bromear e impresionar al mundo ellos solos, Alex y Ella aprenderán mucho de activismo, de la gente (y de la moda) solo estando con sus padres en casa.