
La joven actriz se sincera sobre su experiencia en Hollywood.
Shailene Woodley nunca quiso ser una estrella.
Woodley empezó su carrera actoral en 2001, a los 10 años de edad, con un montón de roles menores en TV. Ella se convirtió en una protagonista al interpretar a una estudiante de secundaria embarazada en The Secret Life of the American Teenager, y luego encontró el éxito en películas como The Descendants, Divergente, The Fault in Our Stras, Snowden y The Spectacular Now. Fue entonces cuando se encontró actuando con leyendas vivientes como George Clooney y Kate Winslet, y ella nunca olvidó una promesa que se hizo a sí misma: "Cuando tenía 7, dije, ‘El día que esté en la portada de una revista, renunciaré', porque nunca quise que esta industria se metiera en el camino de mi vida".
En la revista digital de Net-a-Porter, PorterEdit, Woodley revela que la serie de filmes de Divergente la dejaron sintiéndose desilusionada. Y aunque ella "no cambiaría [las películas] por nada en el mundo", ella dice, "La última (The Divergent Series: Allegiant de 2016) fue una experiencia un poco dura para todos, y eso fue lo que me hizo pensar que necesito tener algunas experiencias humanas fuera de esta industria y volverme a enamorar de la actuación de nuevo, y Big Little Lies hizo eso por mi".
Big Little Lies marcó el regreso de Woodley a la TV, y le dio la oportunidad de trabajar con Laura Dern, Nicole Kidman, Zoe Kravitz y Reese Witherspoon. "Había un punto en mi vida, junto antes de Big Little Lies, donde había golpeado una pared con la actuación. Sentí que era momento de hacer algo diferente", dice Woodley. "Llamé a mis agentes y dije, ‘Por favor, no me envíen más guiones, necesito explorar otras avenidas'. Ellos me respetaron y no me enviaron nada por casi un año, hasta Big Little Lies. Yo no sabía qué era o quién estaba involucrado, solo dije, ‘Gracias, aún no estoy interesada'". Sus agentes insistieron, y ella se "enamoró" del guion. "Laura, con quien yo había trabajado en The Fault in Our Stars, me llamó", dijo, "y ese realmente fue el empujón".
Woodley, quien actúa junto a Sam Clafin en Adrift, aún no aprueba su vida en la luz pública. Al ver hacia atrás su transición como estrella, ella dice, "La idea de las revistas, la prensa, las alfombras rojas y la moda, todo eso era tan abrumador que me alejaba de eso. No puedo hacer nada a medias, así que cuando debí lucir de cierta forma o hablar de cierta manera por esta imagen que yo debía crear, me aburrió. Cuando no estaba filmando, trabajaba en una granja en algún lugar porque eso era algo a lo que me podía aferrar que se sentía real". Por ejemplo, cuando estaba promoviendo The Descendants, "Tenía estudios diciendo, ‘Necesitas vestirte más cosmopolita', que es una palabra muy graciosa cuando tienes 18 años. Dejé ir mucho de mi deseo de ser creativa en ese espacio porque no quería ser un maniquí para que alguien me vistiera y me arrojara en una alfombra roja. A menudo vemos un patrón con las mujeres jóvenes en la industria, su cabello cambia, su piel se vuelve más clara". Todo ese "drama detrás de escenas" la asustaba. "Si eso no es lo tuyo, puede lastimar tu alma".
Su actitud sobre Hollywood ha evolucionado, en parte por su experiencia en el set de Big Little Lies. Hoy, Woodley admite, "tengo el mejor trabajo del mundo. Podría llorar hablando al respecto".