
El pequeño príncipe se ha robado el corazón de todos.
Las campanas de la Abadía de Westminster se prepararon para sonar. Los cañonazos reales se alistaron en la Torre de Londres, para que se dispararan la tarde siguiente. Y el autonombrado pregonero de 81 años hizo lo suyo.
Pero en medio de la fiebre real, el príncipe William y Kate Middleton comprobaron que, en algunas cosas, son como padres cualquiera. El 23 de abril el dúo salió a las puertas del Hospital St. Mary de Londres para enseñar ante las cámaras y fans a su hijo de apenas horas de haber nacido. La duquesa expresó su preocupación por la fría temperatura de 8 grados centígrados. "Hace un poco de viento", le dijo a su esposo, de acuerdo con expertos en leer los labios, contratados por el diario británico The Mirror. "Podría enfermarse. Vayámonos ya".
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Después de todo, un cálido y feliz hogar —está bien, palacio— les esperaba. Su más reciente heredero, el príncipe Louis Arthur Charles, se les unió al príncipe George, de 4 años, y a la princesa Charlotte, de 2. Puede que William y su esposa de 36 años ahora sientan que su familia está completa. Kate, la hija mayor de una familia que incluye a su hermana Pippa, de 34, a su hermano James, de 31, siente que tres es un "gran número", le contó un amigo suyo a People. "Niño-niña-niño también es genial".
Ese combo también significa que ya son expertos en crianza. Ante la llegada de George en 2013, William, de 35, y Kate, de 36, supuestamente estudiaron A Perfect Star, un libro coescrito por la fisioterapeuta británica Christine Hill, que ofrece tips sobre pañales y chupones. Ahora, después de criar dos bebés con sólo la ayuda de su niñera Maria Turrion Borrallo y un par de enfermeras nocturnas, "la paternidad les sienta muy bien", les dijo el amigo a la revista. "Lo disfrutan y están muy felices".
Lo cierto es que están preparados.
Desde que Kate sintió los primeros dolores de parto durante las tempranas horas del 23 de abril, el par ejecutó el plan que tenían pensado desde hace meses. Después de alertar al obstetra, el Dr. Guy Thorpe-Beeston y al cirujano-ginecólogo de la reina Isabel II, el Dr. Alan Farthing —los médicos que lideraron el equipo cuando tuvo a George y a Charlotte— ella y William se subieron a su Range Rover negra y los condujeron durante cuatro horas y media al Hospital St. Mary, el mismo lugar donde William nació en 1982.
Allí, según Us Weekly, la condujeron por la puerta trasera a la Imperial College Medical School, a través de un túnel, y llegaron alrededor de las 5:30 a.m. a su suite de 10 mil dólares la noche. Unas tres horas después el Palacio de Kensington reveló a través de un tuit que ella había sido admitida al ala de lujo del hospital, Lindo Wing "en las primeras etapas del parto". Como le contó una fuente a Us Weekly, "todo fue muy rápido".
Un equipo de más de 20 expertos médicos, incluyendo parteras, técnicos de laboratorio, anestesiólogos y pediatras, estaban alertas en caso de alguna emergencia. Pero menos de seis horas después, con William de testigo, Kate tuvo sin ningún contratiempo a un bebé de 3.9 kilos, como se leyó en el boletín exhibido a las afueras del Palacio de Buckingham como dicta el protocolo real.
Después del nacimiento y las llamadas hechas a los abuelos de William, la reina Isabel II y el príncipe Felipe, su padre el príncipe Carlos, hermano el príncipe Harry y a los más cercanos y queridos a Kate, le tocó el turno a su segundo equipo de expertos. La estilista Natasha Ascher llegó con el vestido rojo Jenny Peckham y el collar Peter Pan blanco —un aparente guiño a lo que usó la princesa Diana cuando presentó a Harry al mundo en 1985— y los aretes de diamante de la reina, un préstamo para la ocasión. La estilista Amanda Cook Tucker se reportó para la ocasión, secador de pelo en mano, para peinar los rulos naturales de Kate, que William alguna vez calificó de "pesadilla".
Mientras Kate se preparaba para ser vista por millones, William regresó al Palacio de Kensington. Allí, buscó a George y Charlotte, recién llegados de la escuela, y les informó que tenían un hermanito: Su Alteza Real el príncipe Louis de Cambridge. A pesar de que el resto del mundo sabía de la noticia hacía horas, una fuente le contó a E! News que les pidieron a los compañeros de clase y sus padres de la escuela Thomas Battersea que "no le dijeran que su mamá había tenido al pequeño, para que su papá se lo dijera en persona".
Subieron las escaleras del hospital tomados de la mano, George todavía en uniforme de escuela, su papá y una Charlotte vestida de Little Alice London (su vestido de 62$ se agotó en todas las tallas). Los tres saludaron a los fanáticos y luego fueron a conocer a su hermanito. Ella y George estaban "muy emocionados", le dijo una fuente a People, lo que quizás calmó los miedos de Kate de que Charlotte se sintiera reemplazada. "Es una chica tan segura de sí misma, crece tan rápido", dijo la fuente. "Kate cree que se ajustará".
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Lo mismo puede decirse de sus padres. Salieron del hospital rápidamente, unas impresionantes siete horas después del parto: "Esta vez no los dejamos esperando mucho", le dijo William a los reporteros. El príncipe admitió que se sentían "muy complacidos" por su nueva llegada, pero que con tres veces la felicidad llega "tres veces la preocupación".
Afortunadamente, ya conocen lo básico. En la habitación de Louis (supuestamente temático de Peter Rabbit), William manejará como un experto los cambios de pañales que le toquen. Con George presumió: "Yo hice el primer cambio, medalla de honor": Junto con el conocimiento de primera, la pareja tendrá mucha ropa, juguetes y cosas que heredará de George y Charlotte.
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Si requieren ayuda, tendrán un equipo de niñeras a la espera. La hermana de Kate, Pippa —quien tendrá su hijo este otoño—, fue una de las primeras que visitó al príncipe, el 24 de abril, y le siguieron su hermano James y su madre Carole, quienes han estado ayudando a William y a Kate llevando a los chicos a la escuela. A pesar de que el abuelo Carlos no pudo estar en el parto debido a obligaciones reales en Francia, buscará tiempo para esa cita importante. "Es una gran dicha tener otro nieto", dijo en un comunicado. "El único problema es que no sé cómo voy a seguirles el paso".
Tener suficientes horas de sueño parece un problema que predijo en febrero cuando le contó a un invitado en un evento de caridad en CentrePoint: "No sé cómo voy a lidiar con tres. Estaré permanentemente cansado". Pero como cualquier padre, se sacude la fatiga lo mejor que puede. Le reveló a los reporteros que su hijo y su esposa están "en buena forma" y agregó "duerme bien hasta ahora, se comporta bien, lo que son buenas noticias".
Por cuatro días los fanáticos de la realeza se quedaron esperando otro tipo de noticias. William aseguró en un evento del 26 de abril en el Greenhouse Sports Centre que estaba "trabajando" en cómo sería el nombre del bebé. Pero eso no detuvo las apuestas y especulaciones ("Príncipe Arturo" es uno de los favoritos).
Sin saberlo, William avivó los rumores en el evento del Día de Anzac el 25 de abril. Mientras el Deán de Westminster presentaba a William y a Sir Jerry Mateparae, bromeó que el Alto Comisionado de Nueva Zelanda para el Reino Unido quería que el nombre del bebé fuera Jerry y William le respondió: "Jerry es un nombre fuerte".
El Alto Comisionado Australiano, Alexander Downer, también sugirió su propio nombre, a pesar de que Alexander ya forma parte de los nombres del príncipe George. "Es gracioso que lo digas", respondió William, lo que desató más apuestas. "Es un buen nombre".
Ya se anunció el nombre oficial, con un tuit de la cuenta del Palacio de Kensington, pero el príncipe no hará una segunda aparición real hasta dentro de un tiempo. William y Kate se preocupan siempre por mantener a sus hijos fuera del ojo público, y solo eventualmente estrenan nuevos retratos para celebrar ocasiones especiales. Louis está a tiempo para asistir la boda de su tío Harry el 19 de mayo, en la Capilla de St. George del Castillo de Windsor, pero las fuentes dicen que probablemente no lo hará. Inclusive parece que es "poco probable" que Kate, quien estará en la ceremonia —con George, Charlotte y el padrino William— asista a la recepción nocturna, como aseguró una fuente.
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Su calendario está ocupado por su nuevo y encantador príncipe. Ella se reportó para sus compromisos reales solo seis semanas después de tener a George y dos meses después de la llegada de Charlotte en mayo de 2015, pero "Kate está oficialmente de permiso hasta otoño", le dijo una fuente a E! News. Un ayudante de Palacio agregó: "Planea concentrarse en su familia durante el verano".
Después de todo, los títulos de mamá y papá son los que ella y William atesoran más. "Me tomo los deberes y responsabilidades con mi familia muy en serio", le dijo a la BBC en una entrevista de 2016. "Quiero criar a mis hijos como buenas personas… si no puedo dedicarles mi tiempo a mis hijos, me preocupa su futuro".