
La adicción por las redes sociales cobró la vida de otra joven víctima.
Por más absurdo que parezca, cada vez son más las tragedias relacionadas al mundo de las redes sociales, y en espacial a las selfies. De acuerdo a un estudio, durante el último año han muerto más personas por culpa de un selfie, que a raíz de los famosos ataques de tiburones. Y por lo que se ve en las noticias internacionales, esta problemática a penas está comenzando.
Con la llegada del social media, son más las personas que siente la necesidad de resaltar, así que son capaces de hacer casi cualquier cosa con tal de ganar algunos seguidores y likes en su camino hacia la fama digital.
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Esta vez la nueva víctima fue Andrey Retrovsky, un joven de a penas diecisiete años, que subió junto a un amigo al tope de un edificio en Vologda, Rusia, buscando conseguir una increíble fotografía de él como si estuviese cayendo del techo. Andrey estaba sujeto a una cuerda, pero cuando la misma falló, él cayó al vacío desde el noveno piso. Algunos arbustos disminuyeron la velocidad de su caída, sin embargo, los medios locales reportaron que Retrovsky murió dos horas más tarde debido a traumatismos internos.
Tal y como se aprecia en su cuenta de Instagram aún activa, Andrey era un amante de las alturas:
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Retrovsky era integrante de un grupo de adolescentes llamados Roofers, quienes han tomado las redes sociales para compartir sus hazañas desde los edificios más altos de sus ciudades.
Nada más el año pasado murieron diez personas de nacionalidad rusa y más de 100 presentaron heridas mientras intentaban tomarse selfies. Debido a estas aterradoras estadísticas, el gobierno ruso lanzó la campaña Safe Selfie [Selfie Seguro], cuyo eslogan reza algo como, "ni siquiera un millón de likes en redes sociales valen tu vida".
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Ya saben chicos, tengan más cuidado en su afán de querer convertirse en los reyes de las redes.