A diferencia de estrellas como Sophie Turner, Maisie Williams, Emilia Clarke y Kit Harington, Jason Momoa no disfrutó del éxito de Game of Thrones.
La serie de HBO es posiblemente el programa de televisión más exitoso de la última década. Rompió un récord de los Emmy al obtener 32 nominaciones en su última carrera, la mayor cantidad en una sola temporada.
Esta semana, Momoa reveló a InStyle que su breve paso como Khal Drogo no le otorgó la fama y la fortuna que sus compañeros de reparto experimentarían.
"Quiero decir, nos moríamos de hambre después de Game of Thrones". Agregó: "No podía conseguir trabajo. Es muy desafiante cuando tienes bebés y estás completamente endeudado".
Los fanáticos recordarán que su personaje fue asesinado después de casarse con Daenerys (Clarke) en 2011.
Momoa tuvo problemas para cumplir con los pagos de su casa en Topanga Canyon, cerca de Los Ángeles, donde vivía con su esposa Lisa Bonet y sus dos hijos, Lola, 13 y Nakoa-Wolf, 11.
Su situación financiera solo mejoró unos cinco años después, una vez que fue elegido como Aquaman en una serie de películas basadas en DC Comics.
Asumió ese papel en Batman v Superman: Dawn of Justice de 2016, Justice League de 2017 y Aquaman de 2018, con Amber Heard.
Aunque ya no tiene las mismas dificultades económicas, Momoa todavía está aprendiendo a ser un buen padre. Dijo que desde que creció sin un padre en casa, "no sabía lo que se necesita para ser padre". Añadió: "Y no quiero decirle simplemente a mi hijo," porque yo lo dije ". Realmente quiero conectarme, y quiero que él sea vulnerable y abierto".