El número de contagios por COVID-19 en México llegó a los 93,435 el 1 de junio.
A diferencia de Europa y algunos países de Asia, en Latinoamérica el COVID-19 aún no cede. En el caso específico de México, los números continúan siendo alarmantes. En el corte del 1 de junio, el país había registrado 93,435 contagios y 10, 167 fallecimientos. Y si bien la Jornada de Sana de Distancia, bajo la consigna de quedarse en casa y reducir las salidas al máximo, concluyó el pasado 31 de mayo, la realidad es que los hospitales ya no cuentan con espacio, el personal médico demanda insumos y equipo de trabajo de calidad, y algunos ciudadanos continúan su estilo de vida sin las debidas precauciones.
En las calles existe cierta cautela. En el interior de los hospitales, desesperación por parte de médicos y enfermeros que saben que en cualquier momento pueden contagiarse. Quienes han dado positivo en las pruebas han sido enviados a sus hogares para entrar en cuarentena y una vez recuperados regresar a trabajar. El ciclo se repite ante la falta de personal.
Algunos logran esquivar el miedo y recuperarse pero otros, viven el diagnóstico de otra manera. Es el caso de María del Carmen Galeana, enfermera en un hospital del estado de Guerrero, que ante la frustración y la tristeza decidió suicidarse no sin antes advertir que la indiferencia de los gobiernos y de algunos ciudadanos es lo que está poniendo en peligro vidas.
Los detalles, en el video de arriba.
"La sociedad sigue incrédula ante la situación por la cual estamos pasando. No, no son héroes sin capa, son personal de salud que día a día vela por tu familiar enfermo, que salieron de casa por que no tenían otra opción. Todos trabajamos por necesidad, pero hay prioridades, ellos no podían suspender sus labores y se enfrentaron para cuidar, alentar y estar al pendiente al pie de la letra las recomendaciones para el paciente. En la facultad nos educaron para perseverar la salud de nuestros pacientes, no para dañar o empeorar", escribió María del Carmen en Facebook.
Descanse en paz.