
El bebé de Sussex será una nueva especie de la realeza.
Puede que estén a semanas de darle la bienvenida a su primer hijo, pero el príncipe Harry ya cuenta chistes de papá.
En su visita a Marruecos, una representante de una escuela local de chicas felicitó a Meghan Markle por su embarazo, lo que hizo que su esposo respondiera con un horror falso, "¿Qué, estás embarazada? ¿Es mío?". Siempre atenta a una respuesta aguda, su esposa le dijo, "¡Sorpresa!"
Ignorando lo obvio, el hecho de que Meghan está embarazada del primer heredero del príncipe Henry Charles David no es sorpresa para nadie que tenga acceso a Internet, una televisión o se haya molestado en ver un periódico en algún momento de los últimos cinco meses.
El bebé de Sussex no llegará sino hasta dentro de un mes, pero los espectadores reales ya se recrean en detalles como que su cuarto estará en el Frogmore Cottage del Castillo de Windsor (supuestamente pintado de blancos y grises de género neutro). También se habla mucho de la planificación del parto de Meghan (que supuestamente involucrará una doula y una técnica llamada hipnoparto para manejar el dolor de forma natural), mientras se manejan especulaciones sobre el resto.
Así que prácticamente no hay duda de que los ojos del mundo estarán en Londres -o en Surrey, Inglaterra, otro potencial lugar para el parto de Meghan- a mediados del mes de abril. Pero, después de eso, el pequeño Duque o Lady quizás tenga una oportunidad legítima de tener una vida normal. Seguro, habrá ciertas expectativas y presiones sobre su pequeña cabeza, sus momentos importantes se celebrarán con público o no, y cualquiera de sus decisiones más importantes sin duda serán diseccionadas.
Pero al contrario de sus primos mayores, el príncipe George, (5), la princesa Charlotte (3), y el príncipe Louis (11 meses), los hijos de Meghan y Harry no cargarán con el peso de un título real a menos que su bisabuela lo decida.
A pesar de que el príncipe William y Kate Middleton algún día tendrán que explicarle a su hijo mayor que todo lo que la luz toque será suyo (el chico es fanático del Rey León, después de todo) y que sus hermanos son los siguientes en la línea de sucesión, el bebé Sussex tiene pocas probabilidades de subirse al trono.
De séptimo en la línea de sucesión, se alejará mientras sus primos empiecen a tener familias propias. El nuevo bebé de la realeza no será un candidato de repuesto como su padre (34) o el pequeño Louis. Más bien será como su prima Zara Tindall, quien tiene todos los privilegios de un miembro de la realeza pero es más libre de seguir sus propias metas, como entrenar para ser jinete de equitación profesional, mientras está cómoda con saber que siempre tendrá trabajo como parte de la realeza a tiempo completo.
Mamá y papá ya se aseguran de que sus primeros años los viva bajo el mayor secreto posible para alguien que le dirá bisabuela a la reina Isabel II.
A 25 millas fuera de Londres, en Windsor, el Frogmore Cottage, ubicado en el parque de 35 acres Windsor Castle Home Park, es un lugar idílico para criar hijos según Harry, quien quiere "escapar de la vida de pecera de pez dorado de la realeza", como informó The Daily Mail. A pesar de que muchos de sus años formativos fueron documentados por fotógrafos y reporteros, su prima la princesa Eugenia, quien también creció libre de la expectativa de que algún día tendría que tomar el trono, le contó muchas historias de su tranquila infancia con su hermana, la princesa Beatrice, fuera de la ciudad.
"Fue la princesa Eugenia quien los convenció de tomar la decisión por su maravillosa y pacífica infancia en los terrenos de Windsor", le reveló una fuente a Us Weekly. Esa es la meta de Harry y Meghan, quienes han hablado sobre "el verde y asequible" vecindario en que ella vivió en Los Ángeles. La fuente dijo, "Quieren que sus hijos crezcan en un ambiente lo más normal posible".
Es el tipo de privacidad relativa que George y su hermana pequeña disfrutaron cuando su papá estaba instalado en Anglia Oriental como piloto de aéreo-ambulancia, antes de que William se diera cuenta de que había postergado lo más posible su futuro como el próximo rey y que era momento de hacerse cargo de sus deberes reales y de su casa permanente en el palacio de Kensington. Aislados en el Ammer Hall, de 10 habitaciones, en la remota villa de Norfolk, George y Charlotte dieron sus primeros pasos protegidos por puertas de seguridad y enormes pinos.
"William está muy agradecido", le dijo un amigo a Vanity Fair sobre la mudanza de regreso en 2016. "Le permitirá a él y a Kate criar a sus familias de la manera más normal posible".
Asentados en su nuevo palacio, George, Charlotte y Louis tendrán más que suficiente con los cercanos jardines de Kensington y los cuatro pisos que tiene su casa de 20 habitaciones, que de manera un poco graciosa tiene el nombre de apartamento. Pero el bebé de Sussex tendrá acres de tierras cerradas al público.
"Los Cambridge tienen su jardín en la parte trasera, que está lindo", le dijo una fuente al Daily Mail, "pero no hay otro espacio real para que los niños jueguen". En contraste, Frogmore "está recluido, es pacífico, tranquilo y, de manera más importante, privado", dijo la fuente. "Nadie los verá entrar ni salir".
Eso será lo mejor para que el pequeño o pequeña de Meghan perfeccione sus habilidades con el fútbol, la gimnasia o el hobby que quiera, pues ellos dos saben muy bien que no lo presionarán en ninguna dirección. A pesar de que el rumor dice que Meghan reveló en su lujoso baby shower de Nueva York que tendría un hijo, la dedicada feminista "ha estado hablando con algunos de sus amigos sobre el nacimiento y cómo ella y Harry planean criar a su bebé", le dijo recientemente una fuente a Vanity Fair. "Su palabra exacta fue fluido. Ella dijo que planea criar a su hijo con un enfoque fluido con respecto al género y no le impondrán ningún estereotipo".
A pesar de que William y Kate comparten una visión parecida (a George y Charlotte les gustan hobbies como el futbol y el ballet, que en algunos círculos son actividades una más típicamente de hombres y otra de mujeres), la crianza de sus primos será un poco diferente.
María Teresa Turrion Borrallo, educada en Norland College, básicamente el Harvard de las instituciones de niñeras, ha estado con la familia desde los primeros meses de George, pero Harry y Meghan prescindirán de ayuda profesional y escogerán apoyarse más en Doria Ragland, la mamá de la ex actriz. La instructora de yoga y trabajadora social, establecida en Los Ángeles, "planea estar muy involucrada cuando llegue el bebé", le dijo una fuente a Vanity Fair, quien aclaró que la pareja le incluyó un cuarto en sus planes de remodelación. "Ella quiere estar a la mano para ayudar a Meghan y a Harry con el bebé".
Y a pesar de que George asiste a la escuela Thomas's Battersea de Londres, esa escuela preparatoria privada está muy lejos de ser el internado de solo chicos en el que William y Harry se educaron. Pero los Sussex consideran una opción bastante menos británica.
La ACS Egham International School en Egham, Surrey, también es privada, pero le ofrece un currículo estadounidense a sus estudiantes de entre 4 y 18 años (también está convenientemente cerca del Windsor Great Park). Meghan y Harry "quieren una educación más diversa para su hijo", dijo una fuente de E! News. "Meghan también quiere que su hijo esté muy consciente de su herencia estadounidense".
A pesar de que no se van a cruzar en los pasillos o en los terrenos del palacio de Kensington, todo apunta a que los hijos de William y Harry crecerán bastante cerca. Después de todo, estar a una media hora de distancia es insignificante cuando tienes acceso a una flota de sedanes con choferes y hasta helicópteros.
Dejando a un lado todas las habladurías de la supuesta disputa entre Meghan y Kate, la inminente llegada del nuevo bebé supuestamente las ha acercado. La mamá de tres ha ayudado a la nativa de California a navegar la oferta de marcas de bebés que ofrece el Reino Unido y se ofreció como voluntaria para celebrar una fiesta íntima antes del nacimiento.
Aunque Meghan tiene un amplio círculo de amigos con los que se mantiene en contacto, como se evidencia en la lista de asistentes célebres a su baby shower el mes pasado, ella siente que le falta "un grupo de mamás en Londres en quien confiar", según le dijo una fuente a Us Weekly, lo que la ha motivado a fortalecer su vínculo con Kate. "No está mal para nada", dijo la fuente, "pero quieren que sea más fuerte".
Y si llega a requerir algún tipo de información extra, la ayuda está a una llamada transatlántica de distancia. De acuerdo con un invitado a la fiesta del penthouse del Mark Hotel (habitación de 930 metros cuadrados valorada en 75 mil dólares la noche), Meghan recibió "toneladas de consejos" durante su baby shower, así como una saludable cantidad de ánimo. "Ese bebé", le dijo a People Daniel Martin, maquillador y amigo de Meghan, "será amado por todos nosotros".
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